Se buscan gestores con experiencia para reflotar
empresas
Fuente: expansion.com
Incorpore
gestores temporales y con experiencia para reflotarla gracias al 'interim
management'
En un
porcentaje muy alto de las ocasiones, las empresas empiezan a ir mal porque
tienen problemas de gestión. Ese es el principio del fin de compañías que
después han quebrado agobiadas por la deuda o ahogadas en un gigantesco mar
llamado mercado. Es ahí cuando las cosas ya no tienen mucha solución, pero
también es donde muchos presidentes o consejeros delegados intentar encontrar
una. En muchas ocasiones es demasiado tarde.
El interim management es
una solución anterior que podría solucionar el problema de origen. No se trata
de acudir a un cazatalentos para cambiar al director general ni ir a las
puertas de los bancos acreedores a solicitar una refinanciación de la deuda.
Esta modalidad, que sólo ofertan unas pocas empresas, consiste en "aportar
gestores temporales y con experiencia en reflotar empresas". ¿Quién solicita
sus servicios? "Gestoras de capital riesgo, bancos de inversión y empresas
fundamentalmente no cotizadas", afirma Rafael Álvarez-Novoa, uno de los
directores de DT (Directores en Transición), empresa especializada en este tipo
de servicios.
Las empresas recurren al interim management cuando ya están en crisis, pero
no es lo único que puede abordarse desde este servicio. Hay dos ejemplos
claros: cubrir una larga baja de un directivo al que se puede sustituir con
alguien con experiencia y sin que tenga la ambición de quedarse en la empresa
cuando se reincorpore el otro; o crear un puesto que desaparecerá cuando
concluya un periodo de expansión o remodelación en la compañía. Javier Velasco,
socio de DT, apunta a que, en cualquier caso, la media de tiempo que duran estos
proyectos es de "seis o siete meses, pero se puede alargar como máximo a
un año".
El proyecto no sólo incluye al directivo que se
incorpora en la empresa para mejorar la gestión durante unos meses, también hay
un equipo detrás, externo a la compañía en crisis, que apoya las decisiones del
directivo en transición y que le ayuda a formular nuevos planteamientos.
"No se trata de elegir a un candidato a un puesto como haría un headhunter. Se trata de ofrecer una solución completa
que mejore la gestión", señalan.
Lo primero
es saber qué es lo que no funciona y después plantear los puntos débiles de la
compañía. "Puede que lo que no funcione sea el director general, el CEO o
incluso el presidente. Se trata de hacer una auditoría de gestión y un plan de
acción que contamos al consejo de administración. Siempre decimos lo que
creemos que hay que hacer y, como venimos de fuera, somos muy objetivos.
Después, el consejo decide si quiere contratarnos a pesar de lo que
planteamos", explican desde DT. El coste de cambiar a un director general
y sustituirlo por un directivo en transición va de 20.000 a 30.000 euros al mes
–un 30% menos que en otros países–. "Nuestro trabajo es conseguir que el
ebitda recurrente crezca. Si no lo conseguimos, hay que cerrar la empresa".
Por este compromiso, es por lo que las empresas más interesadas en este tipo de
servicios son las de capital riesgo. "Son las firmas más interesadas en
dar valor a la compañía y venderla en cuatro o cinco años", concluye
Álvarez-Novoa.
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