Un
camino repleto de baches
Fuente:
elmundo.es
ISABEL
MUNERAMadrid
En un
país como el nuestro donde no existe cultura del emprendimiento, hasta ahora
eran pocos los jóvenes que se atrevían a un montar un negocio, y los que lo
hacían eran mirados como bichos raros por lanzarse a una aventura no exenta de
riesgos. La crisis, sin embargo, golpeó con fuerza a este colectivo y provocó
que a algunos de los que nunca se les había pasado por la cabeza emprender
adoptaran esta salida. Eso sí, más obligados por las circunstancias, al no
encontrar trabajo, que movidos por el deseo de llevar adelante un proyecto
personal.
Aunque, poco a poco, las cosas parecen estar cambiando. Cada vez más
jóvenes se animan a montar su propia empresa, sostiene Ángel Monroy García, presidente de la Asociación de Jóvenes
Empresarios (AJE). "Entre la juventud española se empieza
a contemplar el emprendimiento como una alternativa sólida y no coyuntural al
desempleo", explica.
"La
falta de financiación, las trabas burocráticas y el miedo al fracaso" son
las principales dificultades con las que se encuentran los emprendedores,
sostiene Monroy García. Frente a estas barreras, los que se deciden a
intentarlo lo hacen por la ilusión de hacer algo propio (67%), por la necesidad
de tener independencia personal (47%) o porque han detectado una oportunidad
empresarial que creen puede tener éxito (43,7%), según la II Encuesta Adecco
Jóvenes Emprendedores.
Miedo al
fracaso
Este
mismo estudio sostiene que a uno de cada tres jóvenes españoles les gustaría
emprender, pero un 77% lo considera muy difícil. La falta de capital es el
argumento esgrimido por la mayoría (un 47%), aunque un 14,4% desconoce los
trámites a seguir, un 13,7% los impuestos que debería pagar y un 28,2% admite
no tener una idea clara sobre qué podría tener éxito.
Además, el temor a fracasar paraliza muchas de estas iniciativas."Todavía se estigmatiza a quien ha puesto en marcha una
empresa y no ha salido bien", asegura Monroy García.
"En otras sociedades más emprendedoras, los bancos valoran positivamente
los fracasos anteriores", y le dan a la persona que fracasó, pero que tuvo
la valentía de intentarlo, una nueva oportunidad.
"El déficit de cultura emprendedora en
nuestro país es tradicional y la aversión al riesgo tiene demasiada querencia
todavía entre nosotros", añade el presidente de AJE, que propone cambios
en el sistema educativo para fomentar el emprendimiento. A los jóvenes en edad
escolar no se les plantea la posibilidad de trabajar por cuenta propia; ni se
les enseña cómo se crea una empresa como ocurre en otros países como EEUU donde
la cultura emprendedora está mucho más arraigada.
Educación
emprendedora
Desde La Caixa se han propuesto cambiar esta
dinámica. Durante este curso recorrerán más de 1.000
colegios españoles para enseñar a los alumnos que existen otras
opciones como la de trabajar por cuenta propia montando una empresa.
Los
estudiantes aprenderán a diseñar un modelo de negocio viable, cuál es la mejor
manera de darlo a conocer, construirán un prototipo y lo testarán para ver que
es posible llevar adelante su proyecto.
Desde AJE también han puesto en marcha diversas iniciativas para
impulsar la educación emprendedora en los más pequeños a
través del juego. En un evento celebrado el pasado febrero,
niños de entre nueve y 12 años aprendieron habilidades como la creatividad, el
trabajo en equipo, el liderazgo, la comunicación o la capacidad de resolución
de problemas y lo hicieron de un modo lúdico.
Se trataba, según Ángel Cámara, CEO de Piensa, Piensa, empresa
de servicios educativos que participó en el evento, de que "descubrieran
el valor de atreverse a tener un sueño y a confiar plenamente en que pueden
alcanzarlo".
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